lunes, 16 de noviembre de 2015

SE DEBE SOPORTAR TODO POR AMOR?


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Es muy común al encontrarse en unarelación que el ser humano tenga una tendencia a resistir todo cuando se ama a alguien e incluso esta conducta nos puede llevar a pensar que por tal razón merecemos ser más amados y se recibe todo lo contrario, por esto es muy importante que analicemos nuestra situación para fomentar una relación saludable en la que se deje espacio a ambas partes y sobre todo exista mucho respeto.

Soportarlo todo por amor ¿sí o no?

Estar en una relación implica un respeto y tolerancia, aprender que son dos individuos distintos y disfrutar al mismo tiempo de esas diferencias; sin embargo el amor no debe confundirse con soportarlo todo; no puede expresarse en esos términos, ya que se trata de llegar a un punto medio en el ambos comprometan pero al mismo tiempo sean felices.
Cuando incurrimos en esto, propiciamos un ambiente poco armonioso en nuestra relación lo que se ve reflejado en nuestro hogar, con la familia, con los amigos y por supuesto con nosotros mismos. Cuando nos decidimos a soportar todo porque creemos que es la única forma de amar podemos permitir situaciones graves como el maltrato verbal o físico o coaccionar nuestra libertad.
Esto a la larga terminará lastimándote y deteriorándote, la persona que comienza a cederlo todo o a vivir acorde a los deseos de los demás va en detrimento de sí misma.

Identificando los patrones

Existen varios pensamientos o actitudes que nos permite identificar si padecemos este tipo de comportamiento o si nuestra pareja tiende a realizar estas conductas, algunas de ellas son:
  • Postergar los proyectos personales con la finalidad de atender los de la otra persona.
  • Cambiar los intereses particulares para tener mayor afinidad con la otra persona, aunque no sean agradables para sí mismo.
  • Tolerancia al maltrato o abuso por parte de la pareja.
  • Acomodarse a los deseos ajenos; horarios, amistades y demás giran en torno a la persona amada.

Las consecuencias de soportarlo todo

Es inevitable que a larga esta actitudes terminen siendo dañinas para las personas que tienen tendencia a presentarlas, las consecuencias de esto pueden ser incluso físicas o expresarse en enfermedades pero sobre todo son secuelas emocionales debido a que propiciar este tipo de circunstancias puede provocar una falta de autoestima  y esto manifestarse en distintos aspectos de nuestra vida, como cuadros depresivos, mal humor o problemas más graves que no nos permiten relacionarnos de forma saludable.

Que tanto debemos tolerar

El no soportarlo todo no quiere decir que debamos actuar siempre bajo nuestros impulsos y hacer o decir todo lo que pensamos, debe existir un equilibrio, no hay que olvidar que una relación es compromiso y compresión pero nunca puede ser perjudicial para alguna de las partes.
El amor debe impulsarnos a ser mejores, debe motivarnos y generarnos sentimientos de tranquilidad y entusiasmo; al contrario si estamos frente a situaciones que atenten contra nuestra integridad en la que lo que se presenta principalmente la dependencia, el temor, el miedo o la sumisión es necesario marcar un límite y no quedarse callado.

Recomendaciones para manejar las diferencias entre las parejas

No por ello significa que una relación con diferencias este destinada al fracaso, cada ser humano tienes sus necesidades particulares y una forma de ver el mundo diferente, dentro de una pareja existen por supuesto muchos puntos en común y cuando se difiere debemos ver estas diferencias como una oportunidad de enriquecer la relación, hay algunas manera de permitir una convivencia saludable entre ellas:
La comunicación es el principio de todo; mantener un dialogo a conciencia sobre lo que les gusta o no será la mejor manera de llegar a un acuerdo, además es la forma en que podemos expresar que cosas creemos hace falta mejorar, nos disgustan o consideramos inapropiadas, si no lo hablas no esperes que la otra persona logre comprenderlo.
Tolerar no es lo mismo que soportar, la tolerancia es sinónimo de comprensión de las necesidades del otro permite una convivencia sana donde se comparte sin sentirse presionado o limitado.
Negociar con la pareja hace la diferencia, hacer pequeños acuerdos sobre lo que uno y otro están dispuestos a ceder honestamente, para ello hay que tener muy en claro que deseamos realizarlo sin incurrir en mentiras y además si ceder aquello que para nosotros sea imprescindible, es la forma más saludable de lograr una convivencia.
Las relaciones amorosas deben ser equitativas donde lo que se comparte y se tiene en común no ensombrezca la individualidad y lo propio de cada uno.

CAMBIAR POR AMOR O SER TU MISMO

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Todos nosotrostenemos una esencia, unapersonalidad, y en ocasiones, podemos desear “negociarla” por amor, sin embargo, esto es ¿realmente amor?
Las personas que saben amar, aman al otro sin importar sus defectos, sin forzar ni pretender cambiar al otro. Si no amas al otro tal y como es, es posible que no lo ames, o lo amas equivocadamente.
Es común escuchar “te amo, pero me gustaría que cambiaras, quisiera que fueras más paciente, extrovertido, trabajador, activo y deportista”, todos estos cambios, suponen una transformación de la persona en cuestión y prácticamente de su personalidad, por lo que se entiende que no estamos realmente enamorados de esa persona, sino de lo que esperamos que sea, de una idealización.
Mientras que la persona a la que se le exige un cambio, puede decidirse a cambiar “por amor”, sin embargo, es muy difícil negociar la esencia, puede resultar deprimente tener que cumplir esas exigencias que a veces no van con nosotros, es frustrante, y en algún momento nos damos cuenta que, realmente no nos aman, de hacerlo, nos aceptarían tal y como fuéramos y no tendrían que someternos a estos cambios radicales.
Si bien, algunos cambios como abandonar malos hábitos, son perfectamente justificables, pues quiere decir que la otra persona se interesa por nuestro bien, el tratar de cambiar nuestra esencia y personalidad, es más bien, una agresión a nuestro “yo”.

No dejes de ser tú

En algunas relaciones cuando nuestro “yo” es débil, podemos adquirir características y mimetizarnos con la persona amada.Cuando esto ocurre, podemos abandonar aquello que nos define, para adquirir una nueva “identidad”, que es más bien, la identidad del otro y lo que desea, lo cual, puede resultar poco sano. Podemos definir, identidad, como esa consciencia o conocimiento de lo que nos define, y nos distingue, cuando asumimos la identidad del otro, estamos haciendo a un lado nuestro “yo”.
Es natural que al convivir con una persona, adquiramos “cosas” del otro, sin embargo, cuando cambiamos nuestra personalidad, valores, ideología, e incluso religión por amor, puede derivar en un conflicto interno en el que nos cueste, identificarnos, y a la vez, también puede dar lugar una dependencia emocional a la otra persona.


En nombre del amor

Puede haber muchos motivos que nos impulsen a dejar de lado nuestro “yo”, con tal de estar junto a una persona.
La soledad: El temor a estar solos puede obligarnos a abandonar lo que somos con tal de  ser aceptados y estar junto a alguien.
El milagro de amor: Mucha veces, queremos permanecer junto a personas que no nos valoran ni nos quiere, porque creemos que un día será recíproco, y aunque algunas veces esto puede ocurrir, también hay que saber cuándo nuestro “yo” está cediendo demasiado.
Abandonar tu vocación: Cuando no podemos desarrollar nuestros talentos naturales y debemos abandonar nuestra vocación debido a límites que nuestra pareja nos impone, es común, que tengamos la idea de que cuando se ama hay que hacer sacrificios, pero no es necesario. Al abandonar nuestra vocación, acabamos por no autorrealizarnos como seres humanos, lo cual puede a su vez hacernos sentir frustrados.
Dejar de lado tus valores y principios: Estos deben ser innegociables, cada uno de nosotros tenemos valores y principios que hemos adquirido en nuestra formación y cuando alguien, en este caso, nuestra pareja quiere negociar esos valores y principios, y cedemos, ponemos nuestra dignidad en riesgo.



¿Cuáles son tus límites


Para amar, sin duda, es importante aprender a amarte primero, aprender a quererte, e identificar que te gustaría conservar de ti, que es lo que te hace feliz como eres, esto no significa que te cierres, estar dispuesto a un cambio es posible y también sano, pero siempre valora que tan bueno para ti es  ese cambio y  cómo te sientes con ello, si sientes que compromete tu “yo”, entonces háblalo con tu pareja.
Por otro lado, ama a tu pareja con sus virtudes y defectos, de la misma forma que esperas que te amen. Recuerda que ninguno de nosotros somos perfectos.

martes, 13 de octubre de 2015

IMÁGENES DE DESAMOR Y OLVIDO










viernes, 18 de septiembre de 2015

LLENA DE POSITIVO TU RELACION



Al dejar de añadir aspectos positivos a la cesta de la relación, ésta se enfría, los miembros se distancian y podemos estar ante el inicio de los conflictos. Así que ponle remedio desde ya y aprende a llenar esa cesta de positivo.
Muchas personas consideran que el amor no necesita pruebas ni demostraciones.
Como vimos en “Cuatro ideas falsas sobre el amor”, en ocasiones creemos que simplemente con el amor es suficiente, como si éste fuera un ente mágico que hiciera funcionar la relación.
Esto es algo muy bonito y profundo, pero el amor necesita ser dado, necesita actos que demuestren que sigue ahí: sin conductas que demuestren que sigues queriendo a tu pareja, que te sigue gustando hacer cosas con ella y por ella y que disfrutas de los momentos juntos, ¿cómo lo va a saber?
Al fin y al cabo, nos queremos cuando estamos felices el uno con el otro, y para ello necesitamos potenciar los aspectos positivos de la relación.

¿Qué hacemos para conseguir más cosas positivas?

Podéis hacer muchas cosas para que esa cesta mencionada antes se llene de positivo y la relación esté en una dinámica adecuada. He aquí algunos ejemplos de refuerzos que van a motivaros:

- Haced cosas juntos.

Parece muy obvio, pero la base para ser felices es hacer cosas que nos agradan, que nos hacen felices.
No hace falta que sean cosas muy complicadas ni que exijan una gran elaboración ni dedicación; pueden ser simplemente actividades cotidianas, como ir a tomar un café a un sitio nuevo, hacer ejercicio juntos, ver una película o una serie que os apetezca, preparar una cena romántica…

-  Escoged un día especial.

Elegid cada uno un día, entre semana, que no coincidan y sin saber el otro qué día será.
Ese día lo dedicaréis a bombardear a la otra persona de cosas positivas: cuantas más, mejor. Hazle el desayuno, cómprale algo que le guste, hazle un masaje, prepárale una cena romántica, planea una actividad que le encante, etc.
El objetivo es hacer todo lo posible para que la otra persona disfrute al máximo de ese día; al final te darás cuenta de que tú también habrás disfrutado.

- Retomad viejos recuerdos.

Es el momento de sacar esas fotos del viaje que hicisteis, el vídeo de vuestra boda, la canción con la que os enamorasteis…
Revivid los momentos que han marcado vuestra relación para acordaros lo felices que podéis ser. El poder de estos recuerdos no tiene precio y os ayudará a reenamoraros.

- Fíjate en lo que hace por ti.

Es muy importante para la pareja que os deis cuenta de lo que hace el otro por ti y por la relación. Si te cuesta, un día proponte como objetivo estar al tanto de cada cosa positiva que hace tu pareja.
Si hace falta, hasta lo puedes anotar. A menudo nos olvidamos o no nos fijamos en la mayoría de las cosas, por lo que es esencial que lo veáis.

- Observa y comenta lo bueno.

Fíjate también en lo que te gusta de tu pareja, las cosas buenas que tiene, así como los aspectos positivos de vuestra relación.
Haced una lista completa de todas las cosas que se os ocurran y comentadla entre vosotros. Hay que hacerlo siempre de forma positiva, comunicando correctamente lo agradable del otro, sin ironías ni reproches. Éstas son algunas de las muchas cosas que podéis hacer para que vuestra relación esté siempre llena de aspectos positivos.
Recuerda que lo que os hace felices estando juntos es lo que mantiene la relación y por lo que estáis el uno con el otro.
En definitiva, si os queréis, demostradlo.

EL ESPACIO PERSONAL EN LAS RELACIONES DE PAREJA


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Este comportamiento puede entenderse si uno presta atención a su historial de pareja.
Es probable que haya tenido una o varias historias amorosas que le hayan dejado tocado/a, y a partir de ahí puede llegar a la conclusión de que lo mejor es atar en corto al otro para que no le vuelva a pasar lo que le ocurrió
Qué malo es a veces el remember que no permite empezar de cero.
Otras veces el mecanismo activador de los celos y de la necesidad de control es la mala información: los mitos, de los que ya te hemos hablado en el artículo "Deshazte de las mentiras sobre el amor". 
Observa si te dices a menudo frases como “todas las mujeres son…” o “a todos los hombres…”. La generalización -medir a todo el mundo por el mismo patrón- contribuye a activar los celosy la posesividad.
En ocasiones lo que genera la desconfianza es la propia dinámica de la pareja, la sensación de falta de compromiso y el miedo a perder al otro.
No obstante, amigo lector, tal y como tu agudo sentido común te habrá dado a entender, pase lo que pase lo único que hará que tu pareja quiera estar a tu lado por mucho tiempo será, entre otras variables positivas, que pueda sentirse libre.
Libre para poder tener un espacio, más o menos amplio, para sí misma.
En definitiva, es esencial disfrutar de una relación de pareja sin renunciar a ser persona. Ese equilibrio es una de las claves del éxito de las relaciones duraderas.
¿Y qué hay de las personas a las que les gusta ser controladas? Aquellas que piensan que los celos del otro son señal inequívoca de amor. Efectivamente, ciertos hombres y mujeres aseguran que perciben como muestra del compromiso la posesividad de sus parejas.
Juntas, estas parejas juegan un poco (o mucho) al peligroso pasatiempo de la dependencia-sumisión, lo cual puede ser (o no) la antesala del abuso psicológico. En todo caso, lo maduro, la mejor inversión, es la relación equitativa. Aquella en la que ambos se fían el uno del otro, porque se demuestran que son de fiar, y en la que no se juzgan injustamente por lo que cada uno vivió en el pasado.
Así que no dudes en negociar con tu pareja la parcela de libertad que necesitas: debéis entenderla como algo bueno para ambos. 

DESHAZTE DE LAS MENTIRAS SOBRE EL AMOR


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Deshazte de las mentiras sobre el amor

¿Lo tienes? Bien, ahora coge ese papel con tu mano derecha. Arrúgalo lo más que puedas, y luego lánzalo a la papelera más cercana, a ver si encestas. En efecto, has comprendido la metáfora…
¿Vale la pena invertir energía en ello? Sacarás tu propia conclusión al final del artículo.
Lo cierto es que todos tenemos una definición personal sobre ese concepto tan misteriosamente manoseado: el amor.
Podríamos pensar que formas de describirlo hay tantas como personas lo describan.
Pero, según han estudiado los psicólogos sociales, en nuestra cultura hay tendencias marcadas a percibir el amor en función de estereotipos compartidos socialmente, que nos llevan a tener ciertas creencias irracionales sobre cómo deberían ser nuestras relaciones amorosas.
Desde que nacemos hasta que maduramos (¿realmente maduramos en algún momento?) estamos implicados en un proceso de socialización constante, mediante el que vamos interiorizando ideas abstractas sobre el amor que acabamos adoptando como si fueran propias y transmitiéndolas de generación en generación.
Clasificamos las conductas amorosas según pertenezcan a la categoría “amor correcto” o “amor incorrecto”, creemos saber lo que es aceptable y lo que no lo es en una relación.

Mitos del amor romántico

El primer paso para deshacerse de estas ideas poco realistas sobre el amor es identificarlas en nosotros mismos.
Rodeados de películas (Disney ha hecho mucho daño al amor), novelas, canciones y abuelas que nos las inculcan constantemente, esta tarea se nos hace cuesta arriba.
¿Te ves reflejado en alguno de estos mitos del amor romántico?
1.- Mito de la exclusividad:  “el amor o la atracción sólo puede sentirse por una persona al mismo tiempo, porque si no, no es amor de verdad”.
2.- Mito de la omnipotencia:  “el amor lo puede todo, si dos se quieren serán capaces de superar todos los obstáculos externos”.
3.- Mito de los celos:  “los celos son signo de amor verdadero, si no se pone celosa es porque no le importo”.
4.- Mito de la fidelidad:  “si la amo verdaderamente, todos mis deseos y fantasías sexuales deben tener sólo a mi pareja como protagonista (y viceversa)”.
5.- Mito de la equivalencia:  “el amor (confianza, intimidad, compromiso, complicidad) y el enamoramiento (chispa, ilusión, pasión, mariposas en el estómago) son sinónimos. Si uno deja de estar apasionadamente enamorado, es que ya no ama a su pareja y es mejor abandonar la relación”.
Posiblemente estás pensando que puedes defender la veracidad de algunos de estos “supuestos” mitos que dicen los psicólogos.
Desde luego, la socialización de la que hablábamos nos ha dado argumentos suficientes, que sentimos nuestros. Pero aun así nos cuesta, a menudo, adherirnos a estas normas implícitas…

SEIS PASOS PARA CONTROLAR EL ENFADO CON TU PAREJA


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te enfadas habitualmente con tu pareja, quizá pienses que siempre es culpa suya, que está en tu contra.
Sin embargo, debes tener en cuenta otras posibles razones: puede que veas como una amenaza prácticamente todo lo que te dice.

Técnicas y consejos para manejar el enfado

Entonces, ¿cómo puedes controlar tu enfado hacia tu pareja? Echa un vistazo a los siguientes consejos y técnicas que puedes utilizar para manejarlo: 

1.- Primero, conócete a ti mismo

Date cuenta de tus señales que indican que estás comenzando a enfadarte, ya sean calores o respiraciones fuertes, pensamientos como “ya empezamos…” o “¿cómo se atreve…?”, y conductas típicas como alzar la voz o gestos bruscos y amenazantes.
Reconoce estas señales, pues son el punto de partida de tu enfado.

2.- Sé consciente de cuando te enfadas

Del mismo modo, sé consciente de esas situaciones en las que tienes más facilidad para enfadarte, como al esperar mucho tiempo a tu pareja cuando habéis quedado, estando en el coche parados en un atasco, ciertos temas de conversación que son de por sí conflictivos (la educación de los hijos, por ejemplo), etc.
Es vital que conozcas tus propios contextos en los que puede ser más fácil que te enfades.

3.- Bloquea tu respuesta de enfado desde ya

Si ya eres consciente de tus señales y tus situaciones, has dado un gran paso. Ahora no permitas que vaya a más.
Si hace falta, sal de donde estés y distráete con música, una película o cualquier otra cosa.
Si, por ejemplo, has tenido un mal día, no hables con tu pareja de temas conflictivos: déjalo para otro momento. Detén tu enfado en este momento, que no avance. 

4.- Utiliza la relajación

Respira profundamente, destensa los músculos, céntrate en tu respiración y piensa en cualquier cosa que te relaje.
Al principio será muy complicado usar la relajación en estos momentos, pero con la práctica podrás utilizarlo como un mecanismo para mitigar tu enfado.

5.- Trabaja los pensamientos

Las ideas rígidas del tipo “mi pareja debe estar de acuerdo conmigo en todo” o “mi opinión siempre es la mejor” son muy dañinas para la relación y totalmente irreales.
Debes ser flexible a la hora de pensar: podéis tener opiniones contrarias y ése no tiene por qué ser un motivo de discusión.

6.- Aprende otras formas de mostrar tu descontento

Se pueden hacer críticas sin descalificar ni dando toques de ironía, entendiendo al otro, diciendo sin atacar lo que deseas de tu pareja.
recibe tus propias críticas sin generalizar hacia otros temas ni sintiéndote menospreciado; acepta y entiende la queja, y argumenta tu desacuerdo sin atacar la postura de tu pareja. Es muy complicado controlar el enfado, y más aún si ha sido una respuesta habitual en tu repertorio.
Así que recuerda estos consejos, practícalos y dale un respiro a tu relación.
No olvides que dos no se pelean si uno no quiere.

LA ASERTIVIDAD, CLEVE EN TU RELACION DE PAREJA





Para empezar, desvelemos el concepto: ¿qué es la asertividad?
Se trata de una habilidad social que consiste en expresar nuestras ideas, convicciones y opiniones, de forma adecuada, sin someterse al otro ni atacarle, simplemente defendiendo nuestros derechos. 
Si pensamos en la forma de comunicarse como una línea recta, un extremo sería el estilo agresivo, el que exige que los demás estén de acuerdo con nuestro criterio y el que considera su opinión por encima del resto; en el otro extremo estaría el estilo pasivo, aquel que parece no tener opinión propia y siempre está de acuerdo simplemente por no entrar en conflicto.
En el punto medio estaría la asertividad: la capacidad de poder mostrar tu opinión correctamente y sin ofender.
Es posible que comiences a ver un estilo u otro en ti o en tu pareja. Obviamente, lo ideal sería acercar lo máximo posible vuestro estilo de comunicación al punto central.

Cómo mejorar vuestra asertividad

¿Cómo puedes hacer esto? Veamos varios aspectos a trabajar para mejorar vuestra asertividad: 

Aprende a hacer críticas

Criticar no implica atacar al otro ni menospreciarle. Aprende a decir lo que te gustaría del otro, en primer lugar entendiéndole y mostrando empatía, y luego expresando tu deseo de cambiar cierta conducta, con el fin de que la pareja avance. 

Aprende a recibir críticas

 Entiende el punto de vista de tu pareja y su posible queja, mostrando ese entendimiento y razonando tu posible desacuerdo. No te sientas mal: tenemos todo el derecho a equivocarnos.

Aprende a hacer peticiones

Tienes todo el derecho a pedir ayuda para lo que necesites o a reclamar algo que desees siempre que no implique hacer daño al otro. Todos tenemos necesidades y todas son igual de importantes.

Aprende a decir “no”

A menudo nos sentimos culpables o egoístas cuando rechazamos hacer algo por el otro, pero es tu derecho poder decir que no a algo que no quieras hacer, sin justificar en exceso tu comportamiento. No tenemos la obligación de abarcarlo todo.

Aprende a decir lo positivo

Igual que expresas las críticas, debes expresar las cosas buenas que hace el otro. Hazlo sin sentir que te rebajas por el simple hecho de darle las gracias, y mantén así el buen estado de la pareja.

Aprende a recibir lo positivo

Igualmente, cuando te hagan un cumplido, no pienses que lo hace con un doble sentido o con ironía. Es muy importante que valores el agradecimientoque te muestra tu pareja.

La asertividad envuelve algo muy importante que todos tendríamos que tener en cuenta: la defensa de nuestros derechos.
No olvides que todos los tenemos por igual, así que defiende tu opinión y tu punto de vista, y siempre entendiendo que tu pareja tiene igualmente el suyo.
Ser asertivo no es sólo defender tus derechos; también significa comprender que el otro también los tiene.

CUATRO IDEAS FALSAS SOBRE EL AMOR


Aunque no lo creas, el amor, como casi todas las cosas en esta vida, se aprende. Y, en ocasiones, aprendemos de forma incorrecta.
Como afecta a todas las personas, al tratarse de uno de los sentimientos más potentes y universales que existen, cada uno le otorga unas características propias y unas ideas que, en muchas ocasiones, no son del todo ciertas.
Algunas de estas creencias sobre el amor, si se vuelven extremas, pueden llegar a dañar a la pareja. Descubramos de qué se tratan.

Cuatro ideas falsas sobre el amor

 En dicho artículo nombré la pasión, la intimidad y el compromiso como tres componentes fundamentales en cualquier relación. 

Las cuatro principales ideas erróneas sobre el amor

1.- El amor es la base sobre la que se sustenta la pareja.
Como si el simple concepto de amor, en muchas ocasiones idealizado y difícilmente descifrable, fuese la clave.
Lo que define a una buena relación es, además de los tres componentes mencionados antes, una buena comunicaciónun buen sistema de refuerzos entre ambos, el respeto, la confianza y una buena forma de resolver problemas conjuntamente.
Éstos y otros muchos factores son el verdadero amor.
2.- El amor es espontáneo, inesperado, fortuito, impredecible: no puedes controlar de quién te enamoras.
¿Dónde está escrito eso? La espontaneidad en el amor no es del todo cierta: requiere predisposición por parte de la persona. 
El amor no es algo mágico que sucede sin más, sin que podamos hacer nada por evitarlo.
Cada persona elige de quien se enamora porque, para que en esa relación exista el amor, debe haber todos esos componentes que no surgen misteriosamente, sino que hay que trabajarlos y conseguirlos.
3.- Una idea muy relacionada con esta última es la siguiente: el amor, como aparece sin que podamos controlarlo, también puede desaparecer sin que podamos solucionarlo.
Ésta es una creencia que tiene mucho que ver con la idea de que el amor significa enamoramiento. El enamoramiento no es más que una fase del amor.
Si creemos que esas emociones y sentimientos que se viven al inicio de la relación son los que siempre mandarán en la pareja, estamos muy equivocados.
El amor se va transformando, cambia, y hay que adaptarse a eso: si no, estamos perdidos.
4.- Y la última idea falsa: el amor lo puede todo. Quizá “todo” sea generalizar en exceso.
El amor puede con casi todo, pero no con todo. Básicamente puede con las cosas que decidáis vosotros, según lo que hayáis aprendido a lo largo de toda la relación (y lo aprendido cada uno por su cuenta).
Puede ser que uno de los dos sea capaz de superar una dificultad que el otro no; por eso es tan importante la comunicación y la negociación en los momentos de conflicto en la pareja.
Por tanto, únicamente con el amor no es suficiente.
Si te identificas con alguna de estas ideas, es posible que tu concepto mitificado del amor esté creando algún tipo de conflicto en la pareja.
Quizá sea el momento de reflexionar sobre lo que es realmente el amor y no otorgarle falsas creencias.
Recuerda: el amor no es más que un concepto, la pareja necesita mucho más.